PACE y Programa Tutores presentan el primer Diagnóstico Psicoeducativo de Autorregulación Académica para primer año

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Su objetivo es recopilar información sobre las actitudes y habilidades de autorregulación del aprendizaje de toda la cohorte 2025, para la toma de decisiones.

Este trabajo nace de la articulación entre Mauricio Alfaro Jofré y Juan Navarrete García, de Monitoreo y Evaluación PACE, con Verenna Tampe Araya y Jorge Sáez Alarcón, del Programa Tutores, quienes dieron el sustento técnico para el levantamiento universal tras presentar una propuesta a la Dirección de Docencia.

Según indicó su directora, Grecia Avilés Gavilán, “los diagnósticos son instrumentos para la toma de decisiones y este constituye un insumo relevante para orientar las estrategias de acompañamiento de los programas y de las Direcciones de Escuela, asegurando la calidad de nuestros procesos y la pertinencia de las acciones, fortaleciendo la formación y ofreciendo una mejor experiencia universitaria”.

Este instrumento tiene su origen en el diagnóstico realizado el año 2024 por el equipo de profesionales psicoeducativos de Acompañamiento en la Educación Superior PACE, para caracterizar a estudiantes del programa. Luego, tras la articulación con el Programa Tutores, se identificaron similitudes entre las dimensiones evaluadas entre ambos programas, que dieron paso a un nuevo diagnóstico universal.

Entre las mejoras del diagnóstico destacan la ampliación a toda la cohorte 2025, independiente de su vía de ingreso; la revisión y adecuación de ítems, incluida la validación de parte de expertos dentro y fuera de la institución para incorporar nuevas dimensiones de acuerdo al perfil del estudiante UBB; la estandarización de resultados, permitiendo identificar grupos de riesgo y generando información útil para la definición de la ruta psicoeducativa y la toma de decisiones a nivel institucional; y la articulación para la elaboración de una ruta psicoeducativa PACE y PT en función de los resultados.

Para el coordinador general del Programa PACE, Javier Toledo Márquez, “uno de los principales aportes que ha hecho nuestro diagnóstico a este nuevo instrumento, es que identifica de manera temprana brechas, necesidades psicoeducativas y posibles requerimientos de apoyo adicional para diseñar acciones y estrategias. Ejemplo de esto son actividades como mi día en la empresa, talleres y tardes de ludoteca y videojuegos, que realizamos con nuestros estudiantes”.

Según indicó el coordinador, “otro valor del diagnóstico PACE es su capacidad para orientar estrategias institucionales a través de la articulación de los programas de acompañamiento y mejoras en los procesos de transición desde la educación media. Estos resultados han sido fundamentales para impulsar su transformación en una herramienta universal, capaz de estandarizar la información diagnóstica y garantizar que ningún estudiante quede fuera del radar de acompañamiento, sin importar su origen o condición”.

Por su parte, para Rodrigo Fuentes Castillo, coordinador del Programa Tutores, “así, se colocan las necesidades y características de nuestros estudiantes en el centro, tal como lo declara nuestro modelo educativo. El diagnóstico universal busca indagar las dificultades en torno al aprendizaje, proporcionando orientación permanente y oportuna para generar estrategias, andamiajes e intervenciones que articulan a los programas de acompañamiento”. 

Así, el diagnóstico universal se transforma en una herramienta clave para detectar necesidades específicas de acuerdo a dimensiones como la Ansiedad Académica (AN), Manejo del Tiempo y Ambiente de Estudio (MAE), Búsqueda de Ayuda (BUA), Autoestima (AT) y Vocacional (VO). También, permite orientar la intervención con estrategias ajustadas a grupos de estudiantes, promoviendo una cultura del bienestar y facilitando la comprensión de su inserción en la educación superior. Además, es preventivo, porque identifica factores de riesgo por carrera, contribuyendo a los indicadores de retención y permanencia. 

Para Mauricio Alfaro Jofré, del PACE UBB, “anteriormente cada programa realizaba sus propios procesos de levantamiento de información, utilizando metodologías diversas y no necesariamente articuladas entre sí. En este contexto, la implementación de un proceso unificado representa un hito institucional significativo que promueve una visión sistémica y coordinada del acompañamiento y permite la articulación de actores clave a nivel institucional -como profesionales de programas, mentores/as, encargados/as de carrera, tutores(as) pares, entre otros- favoreciendo el diseño y ejecución de una ruta de acompañamiento”.

En la misma línea, Verenna Tampe Araya indicó que “esta perspectiva evita la duplicación de esfuerzos, como la sobreintervención o el sobrediagnóstico de estudiantes, lo que contribuye a optimizar los recursos disponibles y a mejorar la eficiencia y eficacia de las acciones implementadas. De este modo, se avanza hacia una gestión más estratégica del acompañamiento, centrada en las necesidades reales del estudiantado y sustentada en datos compartidos y validados entre los distintos equipos involucrados”.

El diagnóstico cuenta con tres fases, siendo la primera, el envío de los resultados desde la Dirección de Docencia, instancia que ya socializada a la comunidad universitaria. La fase dos es la segunda aplicación del instrumento en tutorías, para obtener información tras algunos meses de clases. La tercera fase será la última aplicación, a fines de año, que servirá de base de datos para trabajar en segundo año.

Finalmente, a nivel institucional, este instrumento tributa al Sistema de Seguimiento y Alerta Oportuna (SSAO) del Programa Tutores, que pesquisa información sobre riesgo de deserción en determinados momentos del año. Esta planilla SSAO se encuentra alojada en el Moodle del PT, con visualización exclusiva de encargados de carrera y otros actores claves del Programa de Acompañamiento Estudiantil, PAE. A su vez, tributa al modelo educativo y al criterio N° 2: criterios y estándares de calidad.

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